Aunque algunos amantes de la estética afirman que reírse demasiado puede dejar marcas tan indeseables como las arrugas, especialistas europeos están cada vez más convencidos que el poder curativo de la risa puede obrar milagros.
En geriátricos, hospitales y hasta en centros de recuperación de adictos, «la sonrisa médica» se aplica como terapia psicológica que restablece la salud gracias a que la risa disminuye la concentración en el organismo de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Por otro lado, estimula la secreción de endorfina, una hormona que potencia el sistema inmunitario.
Sin tanta complicación médica, una carcajada sonora y libre distiende los músculos, ensancha los pulmones, que se llenan de oxígeno, aumenta la circulación sanguínea y relaja el sistema nervioso. Desde el punto de vista psicológico, levanta el ánimo y potencia el bienestar y equilibrio emocional, con lo que ayuda a superar problemas y complicaciones.
Por último y para echar por tierra falsos rumores en su contra y ver su importancia en la vida diaria, la risa no produce arrugas. Si bien al sonreír movilizamos los músculos faciales, también producimos estiramientos de esos mismos músculos, con lo que los tonificamos y colaboramos para que la cara luzca joven y lozana. Además, recuerde que con una sonrisa podrá conseguir lo que se proponga. Aprenda cómo tener una sonrisa perfecta.