Un ambiente cálido y acogedor no se logra solamente con una decoración armónica. La iluminación también juega un papel muy importante a la hora de lograr este objetivo.
Fundamentalmente, son cinco los puntos de luz a tener en cuenta: la iluminación general, la zona de la cabecera de la cama, las mesitas de luz, los armarios y el área de estudio, si es que la habitación cuenta con este espacio.
Luz general: puede utilizarse un aplique de techo o una lámpara colgante ubicada en el centro de la habitación; o bien, spots dirigidos a diferentes puntos del techo o del suelo. También, una lámpara de pie con luz potente.
Cabecera: es ideal para los que suelen leer en la cama. En este caso, se recomiendan los focos con brazo extensible y pinza para sujetar a la cabecera.
Mesitas de luz: use lámparas de mesa con pantallas gruesas o de un tono más bien oscuro para que filtren la luz y no molesten a los ojos.
Armarios: colocar focos dentro del armario sería lo ideal, aunque supondría un gasto extra de dinero. Si no quiere hacer la inversión, le aconsejamos ubicar un foco o una lámpara que permita ver con claridad esta zona tan oscura.
Rincón de estudio: sobre la mesa de trabajo y a la izquierda ubique una lámpara con brazo flexible y orientable.