Sin una buena organización el día puede pasar como un castigo. Por eso, es necesario planificar las tareas de la casa tratando de coordinar los tiempos para hacer más de una tarea a la vez y bien. Lo ideal es destinar tres horas durante la mañana y dos a la tarde. Aquí van algunos consejos.
Durante la mañana aproveche para hacer dos cosas al mismo tiempo: después de hacer las camas, prepare una carne al horno a fuego lento y ponga a funcionar el lavarropas. Mientras tanto, dedíquese cada día a una tarea distinta: encerar los pisos, ordenar las habitaciones, limpiar a fondo el baño y la cocina o los muebles de madera.
Las horas de la tarde resérvelas para el planchado y la costura. Ambas cosas pueden hacerse mientras escucha música. Si, por suerte, no tiene nada para planchar ni coser, repase los adornos más chiquitos o haga reordenamiento de los cajones.
Un día antes de ir al supermercado deje todo en orden, ya que sólo le quedará tiempo para guardar la mercadería que trajo y para preparar los alimentos que van al freezer.