«Había una vez…» es un buen comienzo, pero no es suficiente. Contar un buen cuento y captar la atención de los chicos puede ser todo un arte.
Un truco que nunca falla es utilizar distintas voces, entonaciones y ritmos de habla para expresar la personalidad de cada personaje. Si practica lo suficiente logrará enriquecer la historia sin distraer la atención de la audiencia.
Si se trata de chicos pequeños, no se detenga mucho en los detalles. Si ya conocen el cuento o son un poco más grandes puede ir enriqueciendo el relato con anécdotas, descripciones y hasta momentos reflexivos.
Utilice su voz o distintos objetos sencillos para realizar sonidos que destaquen momentos clave o identifiquen a los personajes de la historia. Pueden ser chasquidos de los dedos, aplausos, roces con la ropa, pequeños golpes, zapateos, gritos y otros.
Incluso puede utilizar instrumentos musicales para marcar el ritmo del relato. Con la música puede atraer la atención de los chicos más grandes creando el clima de la historia. Por ejemplo, si transcurre en el campo lleve melodías folclóricas para utilizar como fondo musical y para identificar distintos momentos. La clave está en que todo lo que usted decida agregar al relato no debe interrumpirlo o complicarlo, sino ilustrarlo. En cuanto a la música, lo ideal sería que cuente con la colaboración de una persona que conozca la historia y puede colocar la melodía adecuada en el momento correcto.
El cuento puede seguir aun después del «colorin colorado». Una buena forma de estimular la imaginación de los chicos es hacerlos reflexionar sobre lo que les interesa. Por ejemplo, hágales preguntas sobre los personajes, como ¿cuál les gustaría ser? o ¿cómo les gustaría que termine la historia?. Muchas veces, resultara muy divertido que expresen en dibujos las imágenes que se cruzaron por sus cabecitas mientras escuchaban.
Lléveles materiales para disfrazarse y teatralizar el cuento. Usted se divertirá tanto como ellos.